Esta Pascua es muy especial, un momento especial para todos, un momento para estar en casa y compartir solo con nuestra familia mas cercana. 
Por todo esto, quise que fuera mágica, para que Oli viviera cada instante de forma inolvidable y para que quedara en su memoria como un recuerdo feliz. 
Todo empezó con la coneja que hicimos con el molde de Nordicware, pero realmente no sabía como iba a terminar, lo que si sabía era que quería que quedara delicada y romántica. 
Siempre soy muy sobria en mis decoraciones y trato de usar la mínima cantidad de color para no sobrecargar, pero en esta oportunidad no fue así. 
La coneja terminó siendo el centro de nuestra mesa de pascua, sumé platos rosados, servilletas amarillo pastel dobladas como orejitas, nuestros huevos pintados aportaron a la deco y las velas celestes dieron el toque de equilibrio de color. Rosa, amarillo, celeste y verde, todos en tonos claros y apastelados. 
Simplemente nos dejamos llevar e hicimos con Oli, la coneja mas dulce del mundo y con ella, nuestra mas linda mesa de Pascua.